Yarela Olivares, una mujer Agroinnovadora que cultiva el futuro

Yarela Olivares, una mujer Agroinnovadora que cultiva el futuro

Con determinación y una mirada puesta en el futuro, Yarela transformó el desafío del agua en una oportunidad. Hoy, su emprendimiento hidropónico no solo produce alimentos, sino que riega esperanza: un modelo de innovación, resiliencia y equilibrio entre la tierra, la ciencia y la vida.
Por Alicia Acuña Galleguillos

En un mundo donde la escasez hídrica es una amenaza latente, Yarela Olivares decidió no quedarse de brazos cruzados. Recién egresada de la universidad, con apenas dos años de experiencia laboral dependiente, esta emprendedora reunió capital, investigó y se aventuró en un campo poco explorado en su región: la hidroponía. Hoy, es una de las 34 Mujeres Agroinnovadoras del 2024, reconocimiento que celebra su trayectoria y su aporte a una agricultura sostenible.

De la escasez a la innovación

La motivación de Yarela surgió de una preocupación tangible: la falta de agua. «Siempre me llamó mucho la atención la escasez hídrica en la región», confiesa. Tras investigar técnicas agrícolas en Brasil y México —donde la hidroponía ya tenía mayor desarrollo—, dio sus primeros pasos con ensayos de prueba y error. Su primer invernadero, instalado en una escuela agrícola, fue el laboratorio donde aprendió a dominar sistemas como la aeroponía, el sustrato de fibra de coco y la raíz flotante, hasta especializarse en el sistema NFT (Nutrient Film Technique), el más eficiente para el cultivo de lechugas.

El desafío de escalar

Los inicios no fueron fáciles. «El primer año fue prueba y error», admite. Pero su perseverancia rindió frutos: en 2017, se adjudicó un Convenio Marco a nivel regional, siendo la única mujer en lograrlo. Más tarde, con el apoyo de INDAP y el programa Prodesal, consolidó su producción y estableció alianzas estratégicas, como la que mantiene con Femco Sup, que le permite comercializar 6,000 lechugas semanales —equivalente a media hectárea de cultivo tradicional—.

Reconocimiento y legado

El premio a las Mujeres Agroinnovadoras 2024 la tomó por sorpresa. «Fue un reconocimiento al esfuerzo, a la trayectoria, a lo que uno sabe», dice con humildad. Para ella, el galardón no solo valida su trabajo, sino que visibiliza los retos de ser madre, empresaria y técnica al mismo tiempo. «Hay que saber complementar muy bien el tiempo con las hijas y el trabajo, pero se puede», asegura.

La agricultura del futuro

Convencida de que la hidroponía es clave para la seguridad alimentaria, Yarela destaca sus ventajas: menor uso de agua, producción limpia y alta rentabilidad. Además, hoy explora nuevos horizontes colaborando en un proyecto de microalgas. Su mensaje es claro: «Es la agricultura del futuro. Si lo quieren hacer, es algo hermoso».

Con innovación y tenacidad, Yarela Olivares no solo cultiva lechugas; siembra un futuro más verde y sostenible.

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